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Los parques nacionales se declaran a través de una ley nacional y son considerados de interés general de la Nación por ser representativos del patrimonio natural español. Cada parque nacional debe aportar un conjunto de valores naturales propio que no se encuentre actualmente representado dentro de la Red de Parques Nacionales. El posible parque nacional de Alto Tajo sería el único del Sistema Ibérico y aportaría ambientes poco representados dentro de la red de parques nacionales, como son las hoces y cañones fluviales, los sabinares albares y rastreros, y los pinares naturales de media montaña compuestos de pino laricio y pino carrasco. Los parques nacionales son gestionados por las CCAA con el apoyo financiero, la asistencia técnica y el seguimiento del Organismo Autónomo de Parques Nacionales del Estado Español.
Al ser pocos y contar con una “marca fuerte”, los parques nacionales tienden a recibir una mayor cantidad de visitantes que los parques naturales preexistentes. El número de visitantes a los parques nacionales españoles ha crecido en más del 50% desde el año 2000. Este crecimiento es superior al de los parques naturales. En paralelo, los parques nacionales cuentan con más personal y medios destinados a facilitar y a la vez ordenar el uso público. Esto incluye instalaciones como contenedores, centros de información, cartelería, folletos informativos, aparcamientos, senderos señalizados, puentes, etc. A esto suma la disponibilidad de más personal dedicado a dar mantenimiento a estas instalaciones, atender a los visitantes y cuidar que se cumplen las reglas de uso público.
Aparte de las inversiones relacionadas directamente con la gestión del parque nacional es normal que otros ministerios y agencias de gobierno inviertan más en infraestructuras de carreteras y servicios en el entorno de un parque nacional que en otras áreas protegidas, por el simple hecho de que éstas tienen mayor visibilidad y relevancia pública. Debido a su alto perfil público nacional los parques nacionales reciben más ayuda en el caso de catástrofes ambientales (tal y como sucedió en el caso del vertido tóxico de Aznarcollar y el Parque Nacional de Doñana) y una mayor y más rápida capacidad de respuesta ante incendios que otros espacios protegidos.
Las autoridades crean un programa de subvenciones de larga duración para entes públicos y privados de los municipios incluidos en parques nacionales. Estas subvenciones se otorgan anualmente para financiar infraestructuras, mejoras de sistemas productivos tradicionales, apoyo a negocios locales, proyectos educativos y divulgativos. El valor total de estas subvenciones varía en función de la superficie de cada parque. En el caso de los ayuntamientos, las subvenciones otorgadas por las autoridades de Parques Nacionales pueden representar más del 15% del presupuesto anual de inversiones. Se trata de un programa de subvenciones que se ha mantenido desde el año 2000. Esto contrasta con programas similares de menor duración, como fue el caso del Fondo Verde asociado al Parque Natural de Alto Tajo.
Aparte de las limitaciones sobre la caza, la tala comercial y la pesca, en la legislación de parques nacionales existe un mandato a favor de las actividades tradicionales que se consideren compatibles con la conservación del medio natural y el mantenimiento del bienestar de las comunidades locales. Entre estas actividades se puede incluir la recolección de hongos y plantas de usos tradicionales, las fiestas tradicionales, las caminatas por senderos, conducción por pistas autorizadas, etc. Igualmente, no existe una prohibición expresa hacia el baño en los ríos. El desarrollo de esta actividad dependerá del plan regulador del parque nacional, tal y como sucede en otros parques nacionales donde se permite el baño con las regulaciones adecuada.